Aleña
impresiones poéticas – Nay Kibler
“Un buen viajero no
tiene planes fijos ni la intención de llegar”
Lao Tse.
No
soy un crítico literario (Dio* me libre de tal faena), ni pretendo serlo, solo
trato desde mis limitaciones como lector ávido, hacerle justicia a los
textos y propuestas desde lo poético, considerado para mí una pasión.
Aclarado
lo esencial, recuerdo que me llegó de la mano de Veronisia el libro que
escribieron en conjunto con Nay donde tiene un aporte de 15 poesías y un
espacio en blanco, mi lector se preguntará: ¿Por qué mencionar el espacio en
blanco si al finalizar los libros suelen dejarlo? Pido paciencia para poder
explicarlo.
Desde
el comienzo (N° 1) supe que sería el tipo de poesía dura, visceral y despojada,
algo que me encanta sobremanera, porque no veo otra forma de concebirla, cada
palabra muestra al ser desnudo y vulnerable desde la contemplación de sí mismo,
como cuando se desprende el espíritu de su envoltorio físico en esos sueños
conscientes, la sensación de persecución
plasma el miedo.
La
constante imagen de lo fantasmal se impregna con la nostalgia de la espera, del
recuerdo, en la poesía N° 2, espera de que a través del suicidio “cese” el
influjo sobre un espíritu que se libera de su cáscara de carne; en Angi es un regreso
que no pudo ser.
La
intimidad hace su trabajo generando las imágenes de las horas de la madrugada,
las cartas re-leídas como cuando se regresa a la escena del crimen, se busca la
sensación prima de aquélla magia que se disipó con el tiempo junto a proyectos
inconclusos.
¿Y
que puede ser más íntimo que verse a uno mismo deseando que el ser amado
acudiera al auxilio para compartir una lectura, jazz, metal, el acto amoroso o todo
junto? Pero al final es la soledad la que se atribuye la victoria.
Frente
a la profunda contemplación, de la experiencia del viaje, la impronta queda sobre
regresos dudosos, quizás ¿regresos para ser la misma persona del punto de
partida? No lo creo, no somos los mismos que partimos los que deambulamos por otros sitios. Y
mientras tanto: “Aún no se si voy o vuelvo/ por ahora me quedo, espero”
Escribo
bajo el bello sonido de las gotas de lluvia caer, donde este silencio se une al
mensaje no dicho aún en lo escrito por Nay, porque sencillamente no hace falta
conjugarlo si se puede sentir, tan profunda es la huella que ése espacio en
blanco hace de pared de resonancia a los gritos y susurros desesperados, de
momentos de tranquilo descanso, con la mirada absorta hacia ningún lado,
reflejada en el bus con un destino incierto (al menos para mi).
Y
así pasan las imágenes velozmente, como en sus viajes, recordándonos sobre la finitud de nuestras existencias,
sobre el ser hijos de Cronos, siendo devorados sin oponer resistencia más que
con la poesía, nuestra única trampa victoriosa frente al olvido.
Sentimientos
que cargan Aleña de una nostalgia que se busca voluntariamente cuando uno necesita
humanizarse, frente a este mundo tan vertiginoso.
Alejandro Martínez 17 de Octubre 2014
* Dio Ronnie James, mi dios personal del metal
(click aqui para escuchar esta hermosa cancion de los Angeles del Infierno)
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