sábado, 18 de octubre de 2014

Aleña impresiones poéticas – Nay Kibler


Aleña impresiones poéticas – Nay Kibler

“Un buen viajero no tiene planes fijos ni la intención de llegar”

Lao Tse.

No soy un crítico literario (Dio* me libre de tal faena), ni pretendo serlo, solo trato desde mis limitaciones como lector ávido, hacerle justicia a los textos y propuestas desde lo poético, considerado para mí una pasión.
Aclarado lo esencial, recuerdo que me llegó de la mano de Veronisia el libro que escribieron en conjunto con Nay donde tiene un aporte de 15 poesías y un espacio en blanco, mi lector se preguntará: ¿Por qué mencionar el espacio en blanco si al finalizar los libros suelen dejarlo? Pido paciencia para poder explicarlo.
Desde el comienzo (N° 1) supe que sería el tipo de poesía dura, visceral y despojada, algo que me encanta sobremanera, porque no veo otra forma de concebirla, cada palabra muestra al ser desnudo y vulnerable desde la contemplación de sí mismo, como cuando se desprende el espíritu de su envoltorio físico en esos sueños conscientes, la sensación de  persecución plasma el miedo.
La constante imagen de lo fantasmal se  impregna con la nostalgia de la espera, del recuerdo, en la poesía N° 2, espera de que a través del suicidio “cese” el influjo sobre un espíritu que se libera de su cáscara de carne; en Angi es un regreso  que no pudo ser.
La intimidad hace su trabajo generando las imágenes de las horas de la madrugada, las cartas re-leídas como cuando se regresa a la escena del crimen, se busca la sensación prima de aquélla magia que se disipó con el tiempo junto a proyectos inconclusos.
¿Y que puede ser más íntimo que verse a uno mismo deseando que el ser amado acudiera al auxilio para compartir una lectura, jazz, metal, el acto amoroso o todo junto? Pero al final es la soledad la que se atribuye la victoria.
Frente a la profunda contemplación, de la experiencia del viaje, la impronta queda sobre regresos dudosos, quizás ¿regresos para ser la misma persona del punto de partida? No lo creo, no somos los mismos que partimos  los que deambulamos por otros sitios. Y mientras tanto: “Aún no se si voy o vuelvo/ por ahora me quedo, espero”
Escribo bajo el bello sonido de las gotas de lluvia caer, donde este silencio se une al mensaje no dicho aún en lo escrito por Nay, porque sencillamente no hace falta conjugarlo si se puede sentir, tan profunda es la huella que ése espacio en blanco hace de pared de resonancia a los gritos y susurros desesperados, de momentos de tranquilo descanso, con la mirada absorta hacia ningún lado, reflejada en el bus con un destino incierto (al menos para mi).
Y así pasan las imágenes velozmente, como en sus viajes,  recordándonos sobre la finitud de nuestras existencias, sobre el ser hijos de Cronos, siendo devorados sin oponer resistencia más que con la poesía, nuestra única trampa victoriosa frente al olvido.
Sentimientos que cargan Aleña de una nostalgia que se busca voluntariamente cuando uno necesita humanizarse, frente a este mundo tan vertiginoso.


Alejandro Martínez 17 de Octubre 2014


* Dio Ronnie James, mi dios personal del metal


(click aqui para escuchar esta hermosa cancion de los Angeles del Infierno)

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