Un maestro observaba la tormenta de nieve caer por
la ventana. En ese instante, tuvo una epifanía, al ver cómo una de las ramas
robustas del gran roble que tenía en frente, aguantaba la mayor cantidad de
nieve que podía sobre ella. Al lado, otra rama muy delgada y fina que
pertenecía a un sauce, apenas era tocada por la nieve que intentaba acumularse,
se flexionaba y la proyectaba hacia abajo…
Entendió que la gran rama, si seguía acumulando
nieve y peso, terminaría rompiéndose, y la fina, al ejecutar tal movimiento,
suave, flexible, permanecería intacta.
Fue así que ese maestro logró establecer el primer
principio de nuestra arte marcial, "ceder para vencer".
En eso consiste el Judo 柔道,
aunque en días como hoy, cuando recuerdo a su fundador Jigoro Kano
(28-10-1860), prefiero llamarle "el camino a la suavidad",poesía en
movimiento.
¡Feliz dia Judocas!
Alejandro Martinez